Nuestra primera noche en Lima había transcurrido. Esa mañana tomamos ruta hacia las oficinas de la aerolínea y luego hacia la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica del Perú, para cumplir con mi cita de trabajo.
El sol era fuerte; más de lo que se puede sentir en Bogotá. El centro histórico de Lima brillaba y desnudaba sus secretos de ultratumba, de excentricidad católica y hasta de ciertos mitos, no sé si urbanos.
El borde de la soberbia y de la ironía: los restos mortales del invasor Francisco Pizarro yacían en la Basílica Catedral de Lima, custodiado cual santo o iluminador de la humanidad. Parece que en ciertos casos ser asesino y esclavista es premiado con lugares excepcionales en el acerbo cultural, hasta el punto de convertirse en un fetiche; casi como si se tratase de una reliquia católica.
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Sin embargo es fascinante y delirante alimentarse de cada centímetro de los excesos de la arquitectura, adornos y posesiones de la Catedral; tal y como sucede en tantas de las iglesias y demás del catolicismo. Debo confesar que fue como una aventura ingresar las catatumbas y ver lo lúgubre de las tumbas, los sarcófagos y de los restos óseos de los franciscanos y personajes beneficiarios (es decir millonarios que compraron su puesto en el terreno sagrado del subterráneo de la Catedral). Si hasta una lápida de uno de los de la élite religiosa tenía tallado un nombre con mi apellido…. Jajaja…
Y bueno, de la misma manera sarcástica, pero con cierto respeto, seguimos por la Iglesia de San Francisco… y sí; igual de interesante la arquitectura y riqueza artística del claustro. Una vez más volvió la sensación de aventura y de Thriller al ingresar a las catatumbas; con miles de fémures y cráneos de los franciscanos que construyeron la historia del lugar.
Rosita, el Gato y yo terminamos rendidos y cambiando divisas en un lugar cualquiera del centro de Lima; sólo así podríamos tomar el taxi de regreso y poder pasar por nuestro café y cigarrillo en el restaurante en un vagón. Este sitio se convirtiría en uno de los sitios favoritos para cenar. La media noche nos volvió a alcanzar… y las horas de sueño fueron pocas.
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Nota: el disco duro de mi computadora se quemó... así que lamentablemente perdí la información... eso me ha detenido para escribir, pues hubiera querido poner fotos que tomé
3 comentarios:
He seguido con mucho interés todo lo que has escrito sobre Lima y Perú. Me has hecho recordar lo bien que me lo he pasado cuando he ido para allá. De ahí el nombre de mi blog: De aquí a Lima. No sé si sabes que mi pareja también es de Lima, y por eso he ido varias veces a Perú. Sólo me falta conocer el norte del país (que me han dicho que es fantástico) y la parte selvática. He recordado momentos maravillosos gracias a tus palabras.
Quien sabe si alguna vez nos conozcamos allá...
Siento lo de tu disco duro. Me gustaría que no acabara aquí.
Un pisco Sour a tu salud!!!
Un abrazo
Cesar,
Es una pena que se haya arruinado tu compu...¿el accidente de la cerveza no? No importa, de todas formas con o sin fotos tuyas has hecho un magnífico trabajo describiéndonos tus chocoaventuras en Perú.
Por cierto que las fotos que pusiste no están nada nada mal. Me encantó la del cigarrete, es más, ¡hasta podría ser tu mano!
Infinitos besos y abrazos.
No sabía que ya habías publicado está segunda parte de neustras aventuras. En verdad siento tanto lo de tu computadora,pero lo más hermoso lo llevamos en un disco duro muy dentro de nuestra memoria y nuestro corazón, y ese disco es imposible de borrar (salvo que nos de amnesia)
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