viernes, 23 de mayo de 2008

Noche Fría


Anoche volví a sentir frío,
tu presencia me hacía falta,
tu abrazo era mi mayor anhelo,
y tus besos el consuelo que necesitaba.

El sonido de la lluvia me adormecía,
el eterno vacío en mi cama me sobresaltaba;
mis piernas se estiraron temerosas,
y mis manos no tuvieron a quien acariciar.

El teimpo era lento,
el frío implacable,
mis deseos aún más profundos,
y tu ausencia muy notoria.

Si pudieras escuchar lo que escribo,
si pudieras sentir lo que yo...
vendrías a abrigar mi cuerpo,
vendrías a hacer el amor conmigo.


Gatitos extraídos de: http://www.eagle-wing.net/FunStuff/Graphic/images/Gatos.jpg

martes, 13 de mayo de 2008

Un Tango para la Montaña



El pasado domingo 10 de abril de 2008, nuestra amiga el Hada Azul, a través de sus Aleteos, publicó un texto lleno de melancolía y desesperanza, reviviendo con ello pensamientos, sentimientos, imágenes y escenas de la Montaña.

El fotograma que acompaña el texto muestra un Jack que solo queda con la imagen de la espalda de un Ennis que “huye” apresurado. Evidentemente la imagen cierra con gran fuerza la intención de lo que escribió el Hada Azul.

En aquel entonces manifesté lo triste que eran los versos y la melancolía que impregnaban; más pensé en qué maravilloso sería si en la historia se hubieran mostrado otros momentos… es decir, estoy seguro que pasaron, pero en la película no se mostraron... jeje... Con lo anterior me refiero a momentos en que Ennis era quien decía, cantaba y escribía a Jack. Se me ocurre que el Tango- Vals Tu Vieja Ventana, entonada por Don Carlos Gardel, dice muchas cosas parecidas a las que seguro imaginamos que Ennis pudo decirle a Jack al oído, o viceversa… y repito: estoy seguro que si sucedió, solo que Ang Lee no quiso ponerlo en la cinta!!!



TU VIEJA VENTANA

Versión grabada por Carlos Gardel en Barcelona el 17 de diciembre de1927, con acompañamiento de Josi Ricardo y Guillermo Barbieri (guitarras). Tango Lyrics Home-Page


Vine al pie de tu vieja ventana, mi bien,
a ofrecerte, mi vida, este canto de amor
porque quiero que sepas que te amo, mi edén,
y te siento latir en mi fiel corazón.
Yo quisiera, mujer, que comprendas
el cariño tan leal que te tengo:
que me paso las horas pensando,
y es ésa la causa que yo ya ni duermo.

He traído del campo estas flores que ayer
arrancaron mis manos con ansias por ti
porque quiero mirarte contenta, mujer,
y mostrarte que yo moriría por ti.
Si un intérprete fueras, entonces
sentirías, igual que yo siento,
un amor tan extraño y tan dulce
que al no realizarse sería un infierno.

Asomá tu carita y no me hagas sufrir,
te lo pido por lo que más quieras, mi amor;
si al no verte sería capaz de morir
de cariño quizás, o de extraño dolor.
Los culpables han sido tus ojos
y tus labios los cómplices fueron
que me tienen igual que a un esclavo
y soy, si se quiere, tu fiel prisionero.


La letra y créditos fueron extraídos de Tango Lyrics y en Todo Tango encontrarán el audio y otra versión de la letra


Nota: el audio que se encuentra en Todo Tango es la versión que Don Carlos Gardel hizo y que quiero enseñar en esta entrada, pero la letra que allí aparece es de otra versión diferente. Por esta razón re-edité y extraje la letra de Tango Lyrics.

Alguien Escribió

Esta entrada tiene mucho de coctel: reúne imágenes reales y otras inventadas, historias que capté y otras surreales; sabe a vino: profundamente exquisito, pero deja tan seca la boca que las palabras son imposibles de fluir; sabe a café: entrega calor al cuerpo, pero su sabor amargo se hace sentir notablemente; tiene mucho de Tango: permite que los cuerpos se entrelacen, pero antepone profunda melancolía.

Sería como volver a una Montaña, pero haber perdido los motivos para hacerlo.

Alguien escribió:


Sentir tu presencia ya no es suficiente; es como si se tratara de una escultura vacía, con mirada ausente, que no se inmuta ante las caricias y que no pierde su postura, ni siquiera ante hirientes frases.

Ahora entiendo que es posible perder la memoria; sí, la de recuerdos, y la misma de las sensaciones… no sé a quién le ha pasado más, si a ti o a mí. El frío no solo congeló el cuerpo y la mente; también las ganas de seguir.

Y sigo aquí, viéndote por horas, tratando de evocar momentos que justifiquen quedarme frente a ti, inmóvil por muchas tardes más. No alcanzan las frases ni el valor; ni para ti, ni para mí.

No se si confiar, no se si elegir… no sé qué elegir. No puedo dividir mis decisiones ante dos jueces tan incompatibles: siento mucho, pero razono aún más.

Reuniré canciones, dignidad, posibles caminos, lugares lejanos, nuevos vientos… desecharé imágenes, caricias, versos, promesas, cartas, noches, indiferencias, momentos… espero poder.


La imágen: Adán y Eva. Obra de Fernando Botero. Museo Banco de la República, Col.