miércoles, 23 de diciembre de 2009

Pisco Sour III. Ensueño Pre-Hispánico, De Caral al último Inca:

Las imágenes y las sensaciones habían tenido su origen mucho tiempo atrás con el rocío etéreo de una Rosa soñada. La presencia pre-hispánica rondaba prometiendo lo increíble.

Ese martes madrugamos. El transporte tardó y llegamos justo a la hora de salida del autobús que nos acercaría más a la maravillosa Ciudad Sagrada de Caral, la única ciudad primigenia aún en pie, en donde por primera vez los humanos hicieron civilización. Los 5000 años de existencia de Caral no tienen nada que envidiarles a la antigüedad de los egipcios.

La ruta fue larga, movida y con variados paisajes: de lado derecho el desierto y del otro el océano; vaya encuentro.

El pueblo más cercano a Caral nos alimentó con su tradición y delicias de antaño. Pronto, luego de un cigarrillo, estaríamos en carretera y luego por trochas para adentrarnos finalmente de nuevo al desierto. Ahora estábamos frente a semejante maravilla: la ciudad más antigua del continente americano.

Y el recorrido nos mostró un pueblo característico de algunas de las culturas pre-incas: agricultores, pescadores, adoradores del mar, comerciantes y ante todo un pueblo pacífico. No existen vestigios de guerra, pero sí de su dieta marina; no existen vestigios de su lenguaje, pero si un glifo; no existen vestigios claros de su religión, pero si la imagen del dios sol; a cambio existen grandes pirámides-templos, un reloj de sol, una plaza central y edificios. El extenso camino y las horas en carretera se hicieron insignificantes ante la grandeza de Caral.

El día culminó con un cielo limeño cubierto de estrellas, un cigarrillo compartido y Rosita tomando su rumbo casi a la media noche una vez más.
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La madrugada siguiente no fue menos movida que las anteriores, pues Star Perú nos llevaría a una inimaginable travesía por los andes peruanos. El contraste entre el desierto y la sierra era notable. Aunque había muchas montañas áridas, otras pintaban de tonos verdes, otras vestían nieves perpetuas y otras tatuaban su superficie con espectaculares lagos esmeralda. Los ríos serpenteaban, los caminos recordaban la ruta inca y las ansias por llegar a Cusco desbordaban al interior de la pequeña nave para vuelos nacionales.

La calidez y altitud de Cusco nos dieron la bienvenida. La música andina en el aeropuerto u la base de mi maleta rota se confundieron en la tarea de buscar al agente turístico que nos recomendó el tío de Rosita. Al fin nos encontramos.

Las calles centrales y la plaza de armas de Cusco son una maravilla colonial que oculta a la mirada del turista las miserias de los alrededores colmados de familias pobres. Hasta nuestra casa de banco gringa lucía arquitectura española. Ahora estábamos son la compañía de Rosita, pero si con su afecto, pensamiento y preocupación sinceros.

La tarde transcurrió entre el Valle Sagrado de los Incas, y pueblos desafiantes del tiempo como Urubamba y el maravilloso Ollantaytambo. La grandeza de la Ruta Inca se desnudaba recatadamente frente a nuestros ojos. El soroche me golpeó y solo el caminar lento y unas hojas de coca masticadas me dieron fuerza.

Allí las montañas me hablaron más que nunca, me sentí libre de las ciudades en “desarrollo”, libre del tiempo, libre del trabajo y las preocupaciones y más cerca de mi Gato. Lo único que me faltó durante la caminata fue una cerveza Cusqueña ®. Ahora tenía el ingenio, grandeza y sabiduría del Tawantinsuyu ante mí.

Y definitivamente Ollantaytambo es uno de esos pueblos en los que uno corre el riesgo de quedarse por siempre. Los riachuelos, sabia de las montañas, corrían por cada calle y hacían parte de la arquitectura y el misterio del pueblo. Cada calle tenía una muralla o pared de piedra, simulando las calles de las ciudades del Tawantinsuyu original. Las banderas multicolores, los tejidos indígenas, los campesinos, la tranquilidad y un café junto a un tejado viejo invadido por palomas nos entretuvieron mientras llegaba la hora del tren a Aguas Calientes; última parada antes de la majestuosa Machu Picchu.

Los panes rellenos con tortilla de huevo y queso, más un cálido café con leche y exquisitos dulces de coca nos hicieron agradable la espera del tren de las 7:00 pm.

Al fin abordamos y en medio de conversaciones multilingües y de un sueño abrazador, viajamos alrededor de una hora hasta llegar a Aguas Calientes. En la estación nos esperaban personas del hotel en que nos hospedaríamos y los otros guías turísticos.
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Una vez más a la madrugada. Siendo las 4:30 am, el Gato y yo teníamos que estar en pie y disponernos para el trillado desayuno continental de los hostales y hoteles de tres estrellas que frecuentábamos. Pronto nos entregaron nuestros pases de bus y en media hora de montaña nos encontrábamos en una fila moderada para entrar a la Ciudad Sagrada de Machu Picchu.

Y la emoción no fue menos de lo imaginado. El paisaje se componía de los edificios, templos, terrazas, camélidos, nacionalidades varias y el imponente Huayna Picchu al fondo; tal como en las películas y las fotos. La altura no muy distinta a la de Bogotá (2600 msnm) nos permitió gozar de una larga caminata al lado de un guía con rasgos locales y una bandera del Tawantinsuyu, quien nos envolvió en la fantástica historia hasta ahora reconstruida del pueblo del “Centro del Universo”.

Cada tramo, cada historia, cada trago de agua, cada nube y cada parte de la ciudad fueron especiales. La roca, la vegetación y los camélidos tenían mucho que decir sin palabras. El sol acosaba y hasta pudimos dormir en el descanso de uno de los escalones. Al final terminamos la ruta cerca de las 10:00 am, con las últimas hojas de la sagrada coca que nos ofreció el guía, a manera de ritual de agradecimiento.

Y de regreso a Aguas Calientes, rondamos el pequeño pueblo en busca de algo que beber y luego del almuerzo en uno de los restaurantes de la plaza de armas. Fue muy grato. Un café y un cigarrillo sellaron nuestra visita. Luego tomaríamos el tren de regreso a Ollantaytambo; al pueblo de ensueño, rodeado por imponentes montañas y vestigios de ciudades incas.

El regreso a Cusco fue una aventura, pues nos rehusamos a viajar como lo haría el común de los turistas, y nos aventuramos a tomar la misma ruta que la gente del pueblo. Fue sorprendente viajar al lado de los campesinos, pues disfrutamos, no solo del paisaje, sino de las costumbres, formas de hablar y de relacionarse que tienen los lugareños. Cusco nos recibió con los brazos abiertos en aquella noche de jueves y con exquisito plato de Lomito Saltado con, una vez más, la gloriosa Cerveza Cusqueña. El viernes en la mañana nos llevó de nuevo a Lima, para el encuentro con Rosita.






Nota 1: como ven, ya recuperé las fotos de Perú

Nota 2: saludos especiales para los amigos: Rosita, Diana, Dark, Straw, Anita, Marga y para quienes no son ciebernáutas tan dedicados: Andrea, Lara, Lisbeth.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Pisco Sour II

Nuestra primera noche en Lima había transcurrido. Esa mañana tomamos ruta hacia las oficinas de la aerolínea y luego hacia la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica del Perú, para cumplir con mi cita de trabajo.

El sol era fuerte; más de lo que se puede sentir en Bogotá. El centro histórico de Lima brillaba y desnudaba sus secretos de ultratumba, de excentricidad católica y hasta de ciertos mitos, no sé si urbanos.

El borde de la soberbia y de la ironía: los restos mortales del invasor Francisco Pizarro yacían en la Basílica Catedral de Lima, custodiado cual santo o iluminador de la humanidad. Parece que en ciertos casos ser asesino y esclavista es premiado con lugares excepcionales en el acerbo cultural, hasta el punto de convertirse en un fetiche; casi como si se tratase de una reliquia católica.

http://www.estudiosgeograficos.org/Fotos/El_Camino_Inca/05_Lima/06%20Catedral%20de%20Lima.jpg


Sin embargo es fascinante y delirante alimentarse de cada centímetro de los excesos de la arquitectura, adornos y posesiones de la Catedral; tal y como sucede en tantas de las iglesias y demás del catolicismo. Debo confesar que fue como una aventura ingresar las catatumbas y ver lo lúgubre de las tumbas, los sarcófagos y de los restos óseos de los franciscanos y personajes beneficiarios (es decir millonarios que compraron su puesto en el terreno sagrado del subterráneo de la Catedral). Si hasta una lápida de uno de los de la élite religiosa tenía tallado un nombre con mi apellido…. Jajaja…

Y bueno, de la misma manera sarcástica, pero con cierto respeto, seguimos por la Iglesia de San Francisco… y sí; igual de interesante la arquitectura y riqueza artística del claustro. Una vez más volvió la sensación de aventura y de Thriller al ingresar a las catatumbas; con miles de fémures y cráneos de los franciscanos que construyeron la historia del lugar.


Rosita, el Gato y yo terminamos rendidos y cambiando divisas en un lugar cualquiera del centro de Lima; sólo así podríamos tomar el taxi de regreso y poder pasar por nuestro café y cigarrillo en el restaurante en un vagón. Este sitio se convirtiría en uno de los sitios favoritos para cenar. La media noche nos volvió a alcanzar… y las horas de sueño fueron pocas.

http://blogs.elcomercio.pe/lopeordetodo/fumadores.jpg


Nota: el disco duro de mi computadora se quemó... así que lamentablemente perdí la información... eso me ha detenido para escribir, pues hubiera querido poner fotos que tomé

lunes, 16 de noviembre de 2009

Desde Lima, desde Bogotá, desde aquí

Mi cama ha quedado con tu aroma, mis brazos con la sensación de tu abrazo y mi boca ansiosa de más besos improvisados en la mitad de la noche.

Pasar unos minutos contigo me hace acostumbrarme a tu presencia. El tiempo es delicioso cuando tengo tu sonrisa, cuando tengo tus gestos, cuando tengo tus manías, cuando tengo tu mirada esquiva; cuando tomas mi mano.

Y la música me habla todo el tiempo de ti. Cada hora viene con las imágenes y las sensaciones; quiero revivirlas; quiero que estés conmigo de nuevo.

Lima, Cusco y un fin de semana más me han hecho soñar de nuevo con un largo camino. Quiero que camines a mi lado.


El Mar en Lima, el Mar que tanto te gusta

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Pisco Sour I


Un sabor a océano, con la aridez del desierto, lo jugoso de la verde selva, el picante ají matutino, la memoria de hojas de coca secas, los pasos de pre-incas e incas, el absoluto de una cerveza negra, la textura de ciudades de piedra, la grandeza de la sierra y la presencia incondicional de una Rosa Peruana, conformaron el cóctel andino que colmó mi paladar, durante los ocho días que viví en el cercano sur del continente.

El día era cálido y el cielo de Lima sonriente con un clima que me incitó a querer beber algo; tal vez sospeché las maravillas de una cerveza local. Y no solo bastó con la luminosidad y el anhelo de sabor a lúpulo; el día que hasta ahora empezaba, se completó al ver a quien conocía sin haber visto en presencia: Rosa; mi cibernética amiga peruana.

Los abrazos dieron paso a las primeras fotografías y a mi primer cigarrillo mentolado en el Perú. Las sonrisas, las miradas detalladas y las preguntas sobre el viaje; todas al mismo tiempo. No demoramos en intercambiar experiencias sobre platos típicos, costumbres y dichos locales; las risas hicieron aún más ameno el trayecto. Definitivamente era como si nos conociéramos de muchos años atrás: la autora de innumerables letras que me cautivaron, estaba a mi lado como mi gran amiga.

Sin embargo debo confesar que me moría por besar a mi querido amor que se sentó a mi lado derecho en el automóvil y que no besaba hacía varios días

Las maletas quedaron en el hotel de poco lujo y lo primero que hicimos fue buscar dónde cambiar divisas y dónde probablemente conseguir cerveza. Todo y un poco más, estaba en el mismo lugar durante ese domingo al medio día. Barranco muy bohemio, nos incitó a caminar entre construcciones coloniales, caminar sobre el Puente de los Suspiros engalanado por Chabuca Granda, y buscar ansiosamente al Océano Pacífico.


No tardamos en sentir el olor del gran Océano, y mucho menos en estar saboreando un ceviche acompañado de chicha morada, de la grandiosa Cusqueña Negra® y del muy criollo y delicioso Pisco Sour, al lado de Rosita: esto era Perú.
Ni las grandes delicias, ni el panorama diverso y exquisito, ni las experiencias contadas bastaron. El día avanzó con la aventura de construir memorias plasmadas en los bloques de adobe, los tejidos con años incontables y demás hallazgos de la cultura Lima: estábamos frente a la grandiosa Huaca Pucllana, en el corazón de la municipalidad de Miraflores.


La emoción del sabor precolombino se mezcló con la cerveza negra, los cigarrillos Hamilton Mentolado® y nuestras risas en el parque; todo como un auténtico cóctel peruano.

lunes, 12 de octubre de 2009

El Mundo según los Incas

No hace mucho tiempo vengo pensando que la ciencia occidental es tan solo una forma más para interpretar e intervenir el mundo. Los obstáculos epistemológicos se rompen cuando, por ejemplo, se asume la inconmensurabilidad entre uno y otro marco de referencia y no se pretende calificarlos o descalificarlos desde uno en particular; o cuando se comprende que son tipos de conocimiento y formas de hacer tan diferentes, que no es posible compararlos; cada uno es válido en su contexto; ninguno debe ser privilegiado más que otros.


Y esto último es lo difícil: asumir la multiculturalidad, versus o no, la globalización. En todo caso pienso que desde lo que nos corresponde, se deben recuperar las cosmovisiones de nuestros antepasados y presentes; las otras formas de leer el mundo. Para este caso, como ya lo hice anteriormente con los MAYAS, quiero traer algunos textos que nos permiten visualizar algo sobre origen del mundo según los INCAS:


De la sección de mitos, leyendas y crónicas de Huancainos, extraje esto:

La Creación del Mundo

En los primeros tiempos, todo estaba vacío y oscuro. El hacedor Kon Ticsi Viracocha, entonces, creó el cielo, la tierra y los primeros seres que la habitaron. La tierra se pobló de inmensos animales y primitivos hombres que vivían vagando sin armonía ni orden en la oscuridad. Por esto, dicen, de la laguna Collasuyo surge otra vez Con Ticsi Viracocha acompañado de otros personajes semidivinos. Y como la gente que él creara al principio había hechos ciertos desvaríos, con gran enojo, la convirtió en piedras. Entonces, de repente, hizo el sol y el día y mandó que aquél anduviese por el curso que anda. Luego formó las estrellas y la luna. De las mismas piedras como modelos forjó cierto número de gente: un principal que gobernara y señoreara y muchas mujeres encinta y también otras ya con sus hijos. Y, luego, les dijo a sus acompañantes:"Estos se llamarán los tales y saldrán de tal fuente, en tal provincia , allí poblarán y allí serán aumentados, esos otros saldrán de tal cueva, se nombrarán así y poblarán tales provincias y así, de acuerdo a estos modelos, han de salir de las fuentes, ríos y cuevas que ós dicho". , señalando hacía donde el sol sale, dirigiéndose a sus acompañantes, añadió: "Iréis todos vosotros por aquellas partes, dividiéndoles y señalándoles el derecho que deben llevar para mejor convivir". Obedecieron sus enviados y se partieron los hombres modelo dejando sólo dos en compañía de dios. Luego, más tarde, después de cumplir con el mandato, se volvieron a reunir con el dios Con Ticsi Viracocha y se fueron caminando sobre las espumas del lago.


Y con respecto al dios creador, en otro texto [Frontaura Argandeña, María (sin fecha) Mitología Aymara-Khechua. Biblioteca Digital Andina. Universidad Mayor de San Andrés de Bolivia] se puede encontrar:


Wirakhocha

En la lejana oscuridad del despertar de la conciencia humana, surge como primera figura el Creador y Todopoderoso Wirakhocha. Su misión con los hombres es misericordiosa. El ha hecho el Universo, y cuando los Aymaras llegan al límite de lo malo, grande es su amargura y mayor su ira: petrifica a todos os seres y convierte a los hombres en estatuas de piedra. Tijsi, Khon, Illapa, Pachayacháchej, son diversas formas de la personalidad de Wirakhocha



http://sorinplaton.files.wordpress.com/2009/03/viracocha1.jpg

lunes, 21 de septiembre de 2009

Confirmando la Locura


Sí, lo se, no tengo remedio. No es suficiente la vergüenza, ni recordar que tengo otras responsabilidades y además dos trabajos... pero qué más da.


Siendo una noche cualquiera y buscando una ruta nacional, me encontré con una internacional... un tanto por el sur más próximo... y a que no adivinan...mmmm...


... en este momento, descaradamente confieso que tengo dos tiquetes Bogotá-Lima-Bogotá... así es, el Gato y yo estaremos por tierra Inca durante la primera semana de noviembre, además visitando a nuestra querida amiga Rosita. En unos días haré reservas en hoteles y compraré tiquetes para ir a Cusco, a Machu-Pichu.


Perdoneme padre porque he pecado... me invadió la glotonería... jajaja...



Es para mí una dicha conocer Perú.
Saludos especiales para Rosita, para Anita del Sur, para Marga, para mi recordada Maga, para Dark (que no nos hemos podido ver)... y para todos los del cyber-combo


Figura 1: http://www.hispagen.org/america/Peru/Peru.gif
Figura 2: http://educasitios.educ.ar/grupo1063/files/peru_1.gif

miércoles, 26 de agosto de 2009

Crónicas Mayas II


El sabor a maíz hecho tortilla me acompañó con toda la intención de cobrar vida.

Pude ver mujeres del pasado, mujeres del Mayab, mujeres multicolores, mujeres hechas de elote. Cada tramo, cada kilómetro estaba impregnado de campo, de cultivos, de gente, de Guatemala.

En mi estómago iba un pan relleno de chile y un café no muy concentrado. Las maletas se alejaron de mí, para darme libertad y capturar decenas de imágenes y sensaciones.

Llegué a la tierra del volcán Santa María; pasé por cuatro-esquinas y frente al imponente Tecún Umán. Las expectativas por materializar un sueño lejano aumentaban; ya era casi la 1:00 de la tarde. Me paré en la puerta de la estación de autobuses, saqué mis cigarrillos mentolados y decidí esperar por la promesa.

Quizás una hora pasó, cuando le llamé. Era ella; sí, era ella. Su voz más que un déjà vu; por cierto, muchos de los mismos me asaltaron cada instante. Diana me pidió que la esperara; encendí otro cigarro.

Como si conociera a Quetzaltenango, con toda propiedad hice el llamado a un taxi y le di las indicaciones para que me llevara a mi hotel. El automotor no era último, ni reciente modelo; quien manejaba me confundió con uno de los vecinos del extremo norte del continente; decía que parecía que yo no hablaba bien el español. No me quedó más que reír y pedir un préstamo a la anfitriona en el hotel, pues ni un solo quetzal llevaba en mis bolsillos y no me atreví a cambiar dólares.

Más que hotel, se trataba de una hermosa casa, con plantas, arbustos, árboles y flores por doquier. Definitivamente era parte de Quetzaltenango.

Y exhalé con fuerza. Ya estaba en Xela; ya era mi segundo día en tierra Maya. Me sentí en casa; realmente sí.

¡Señor, alguien lo busca!... y era ella. Sonreí. Su presencia no me era ajena, su rostro tampoco; su sonrisa y su luz las suponía y su voz ya me acompañaba. Vino un gran abrazo; no era para menos. Sonrisas y aventuras se cruzaron rápidamente. Ahora tenía compañía, a mi cómplice.

Y como en los cuentos: dos gatos tomaron chocolate y comieron buñuelos en el centro de Quetzaltenango. Mientras tanto la tarde caía, la gente caminaba, había una enorme Luna, las nubes se moldeaban y mis cigarrillos Rubios ® casi se acababan. Las calles de Xela me contaron algunas historias en la voz de Diana y mi teléfono celular perpetuó innumerables momentos de la bella ciudad.

La noche se adelantó; es cierto. No nos habíamos contado ni una cuarta parte de lo que queríamos y el chocolate se había esfumado tranquilamente. Era hora de tomar ruta y de descansar para poder cumplir con los planes del siguiente día.
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Como extra en esta entrada, quiero compartir con todos esta joya aque me encontré. Debo confesar y sin exagerar que me conmovió:



sábado, 15 de agosto de 2009

CRÓNICAS MAYAS I


Cierro mis ojos y aún veo trajes multicolores;
Aún respiro los campos de elote,
Mi boca trae el sabor a fermento,
En mi piel se repite el rayo del sol
Y los mitos mayas todavía retumban en mí.





Como si tratase de una premonición, las cosas estaban sucediendo. Sin tener alas, sin estar dormido y sin ser Cóndor, sobre la cordillera de los Andes me elevé, rumbo a tierra maya; una vez más viviría de cerca parte del mundo de los hombres y mujeres de maíz.



Pisar Costa Rica de nuevo me trajo viejos recuerdos y reavivó más las imágenes de un sueño no recuperado del todo; la cerveza mexicana me confundió y el cambio de horario me apresuró. En pocas horas estaría en mi destino final del día.

El descenso a Ciudad de Guatemala no fue grato por las turbulencias, pero sí por su significado. El clima era templado, mucha gente de piel indígena esperaba a la salida de La Aurora y yo no sabía qué haría: ¿esperaría un taxi no confirmado o tomaría mi propio rumbo?; un par de vueltas entre la multitud y una decisión a medias, me permitieron hallar al esperado que me condujo a mi hotel. Me sentí en casa, pues las calles se parecían a la Candelaria en Bogotá; quizás también a Ciudad de La Habana.



Al siguiente día, con muy pocos quetzales y con la intriga del precio del dólar, resolví salir con todas mis maletas a buscar la estación de autobuses; por suerte el sistema de nomenclatura es muy sencillo. Atravesé calles y anduve por la 7ª avenida. Llegué al lugar y compré el tiquete de ida y regreso e Quetzaltenango o Xela-jú o Xela; la ciudad en que nació y vive Diana.

domingo, 9 de agosto de 2009

Saludo Veloz

Pues sí, damas y caballeros... los planes suelen cambiar totalmente y abruptamente... en este momento me encuentro sentado en una computadora a un par de metros de nuestra amiga Diana La Maga... sí, es cierto, estoy en Guatemala, la tierra de los Mayas.
Tan solo llegué el viernes a Ciudad de Guatemala, el sábado en la mañana viajé a Quetzaltenango, la ciudad de La Maga, y estaré hasta el miércoles. Espero poder hacer muchas más cosas en estos pocos días.
Diana ha sido una excelente anfitriona... y hemos cumplido con nuestra promesa de comer buñuelos y tomar chocolate juntos. Acabamos de regresar de las ruinas de Huehuetenango. Luego les obsequio algunas de nuestras fotos enlas pirámides y más locaciones.
Hasta prontito... ahora voy en busca de más cerveza y cigarrillos mentolados
Y ¡qué vivna los Mayas!

lunes, 20 de julio de 2009

Entre un Gato y Lisboa

Moro em Lisboa

El lado izquierdo de mi rostro está impregnando las rocas; el derecho mezclado con la brisa y algunos rayos de sol; de mi boca sale sal, hierba, madera, moho y tierra; mis ojos cerrados están; y mi cuerpo entre el Tajo y el Mar. Pasos de cuerpos que ya no existen perturban mi quietud; multitud de colores húmedos rompen mis párpados y logro unir con nostalgia los pedazos de mi cuerpo.

Su cuerpo es denso, lento, azul-verde-oscuro; es frío, fuerte, suave, sabio, imponente, silencioso y certero; y así marcó la madera de barcas, las paredes de colores, las mentes que ya pasaron, las palabras en el papel, el Fado y las cuerdas, la ropa y la piel, mi piel. Le rodean historias, lágrimas, tristeza, miseria, romance, poemas y canciones; entrega cuerpos escamados, melancolía y esperanza, y a gritos anuncia su muerte perenne.

Y ahora camino entre mentes de roca, imágenes de harapos libres, escaleras que llevan al interior, y entre andenes que atraviesan con frío mis pies. Y desde la altura le entrego mi pensamiento, reclamándole el despojo de mi cuerpo, ahora lleno de sal, de aceite y de metal. Se confunde entre el rojo y el amarillo, entre los balcones y el humo del cigarrillo; siento que me quedo sin respiración, porque su espíritu humedece mis pulmones. Vivirá por siempre; infinito y desafiante, tragándose al río y a cada historia, como si no quisiera dejar nada tras su paso.

Les veo a juntos, unirse en la muerte de uno y en la extensión de la vida del otro. Y sigo dejando mis pensamientos en cada callejón, sumando a la colección de historias, barcas, mentes, pasos y colores de humedad. Me resigno y aparto; ahora leo las imágenes de reyes y esclavos, de vino y sangre, de sol oculto por la lluvia. Y logro unir con nostalgia los pedazos de mi cuerpo.




Telgrama para un Gato

Siento de nuevo que tu presencia es más que estar presente. Tu cuerpo no solo es material; está en mi recuerdo, en el sabor de mi boca, en la sensación que necesitan mis manos, en el abrazo que estoy deseando.

Estoy feliz por suspirar por ti, por querer tomar café para recordarte, por escuchar canciones e imaginarte sonreír, por evocar imágenes de las primeras citas y querer más, por esperar ansiosamente tu llamada en unos instantes.
Y siento tranquilidad, confianza, seguridad.

lunes, 13 de julio de 2009

Canciones para Marga

En esta ocasión no tengo muchas palabras, sólo quiero hacer un pequeño cóctel de canciones, abrazos, besos, pensamientos y compañía para Marga. Y dice así:

De Jorge Drexler, Al otro lado del río. Se que la canción fue hecha con un propósito, pero su letra es universal:



De la cantante colombiana Soraya, un himno a la vida, Casi:



Orquídeas colombianas... son color, vida, alegría...

jueves, 9 de julio de 2009

Flores para los amigos

Cuanto tiempo sin venir por casa. Esto no quiere decir que he olvidado a los amigos y que se me han agotado las ganas de escribir. Frecuentemente surgen cosas que quiero decir o compartir aquí, pero la gran cantidad de trabajo y compromisos me tienen al tope.

Les cuento que ando de vacaciones parciales… es decir que en una de las instituciones con que trabajo, estamos de receso, pero en la otra no. Lo que si puedo decir es que disfruto mucho de mi trabajo. Y lo que se viene también será muy pesado, pero muy, muy interesante. Eso me hace amar mi trabajo.

Estoy tomando un diplomado internacional con la Multiversidad Edgar Morin, de Sonora, México. Es sobre ciencias de la complejidad y es dirigido por el mismísimo Edgar Morin. La cosa exige bastante, pero ha sido el enfoque que he querido dar a mi trabajo investigativo en Didáctica de las Ciencias, y en Educación en general. También extiendo la invitación a los diplomados virtuales, a través del banner que se encuentra al lado derecho.

Estoy trabajando fuertemente y disponiendo muchas cosas, para ver si me es posible estar a comienzos de agosto visitando a Dianita La Maga, y en septiembre a Marga. Por favor envíenme muy buena energía y deseos, para que todo se de. Por su puesto yo les contaré qué sucede finalmente.

De otro lado les cuento que el Jardín Botánico de Bogotá, realizó la IX Exposición de Orquídeas de Colombia. Tuvieron como invitados a Venezuela y Ecuador. Entre jueves y domingo asistieron más de 15.000 personas al espectáculo. No tuve la oportunidad de tomar muchas, ni tan buenas fotos… pero algo es algo y aquí se las traigo de obsequio… para enmendar en algo el extenso silencio. Rosita, Diana, Mar, Marga, Darkie, Hadita, Candela, Vaquero, y muchos más, les obsequio a algunas orquídeas, bromelias y rosas:









Acabo de tomarme una cerveza Negra Modelo ® mexicana, mientras mis padres me contaban sobre la música que escuchaban tanto cuando eran novios: Heleno, Claudia de Colombia, Nelson Ned, Elio Roca… y muchísimos más… siguen sonando.

Hasta muy pronto.

viernes, 22 de mayo de 2009

BLANZIFLOR ET HELENA II





La mañana avanzaba y se llevaba consigo la tragedia de la noche anterior. Las manos de Angelina aún eran prueba de la fatídica escena y del fuego que no perdonó madera, ni trigo, ni piel; sin embargo, ella recogía flores y frutos silvestres.

El frío de la Montaña se sentía tan profundo, que ni la chimenea, ni la cálida bebida de hierbas lo disipaban; aún más cuando su doncella ya no estaba a su lado. Helena pensaba y no pensaba; tantas imágenes, tanto dolor, y en medio de todo, había algo que podría convertirse en dicha. Lo maravilloso entre tanta zozobra, fuego, sangre y miedo, era volver a pasar una noche juntas, abrazadas.

Helena luchaba contra el dolor y el sueño; su pierna aún estaba descompuesta, ennegrecida e hinchada. Quería estar junto a Angelina, caminando por entre la hierba, bañarse en el riachuelo, sentir el viento y el sol; no quería estar sola como lo estuvo durante los últimos años de su vida y su matrimonio.

El sueño se apoderó de su voluntad; sombras y siluetas la rodeaban y no le permitían ver a su amada a lo lejos. Por mucho tiempo sintió un gran zumbido en los oídos y hormigueo por todo el cuerpo. Una voz fuerte, pero cálida le llamaba e invitaba a bailar. Sintió que su cuerpo se elevaba; ahora podía ver y sus brazos tenían plumas, como alas.

La voz le acompañaba, pero no podía ver a quién pertenecía; en ocasiones le incitaba a volar, en otras se burlaba de su incapacidad para ser libre. Helena consiguió caminar dificultosamente hasta afuera, y no muy lejos divisó a Angelina. Verla le produjo la sensación de haberse colmado de amor profundo; pero la imposibilidad de alcanzarla por la torpeza de sus piernas y lo inservible de sus alas, la inundó de gran tristeza.

- ¡Doncella, doncella mía!, despierta. El sol te quiere acariciar; ven, dame tu mano, yo te llevaré.

Con este emocionante saludo de Angelina, Helena consigue despertar y con desespero busca la figura de su amante; la invade el miedo, no logra verla, piensa en las sombras que hasta hace un instante la asediaban. Sus ojos enfocan el panorama y por fin encuentra la sonrisa y las manos heridas llenas de flores.

- ¿Dónde estabas Angelina?, ¿por qué no me llamaste antes?, ¿qué ha sucedió?... ¿y la guardia?, ¿sabes qué ha sucedido por el pueblo?, ¿alguien sabe que estamos aquí?... la chimenea, la chimenea, apágala pronto, el humo advertirá a alguien de nuestra presencia.

- Ahorra energía, no tantas preguntas. No te preocupes, descansa. Ya estoy contigo, no hay más peligro; la Montaña guarda nuestros secretos.

Helena pone de nuevo su cabeza sobre la almohada y consigue alejar las sombras de su mente.

- ¿Cómo conseguiremos víveres?-, pregunta Helena.

- ¿Víveres?, ya veremos; el bosque y la tierra nos darán lo que necesitamos. He traído flores blancas para ti; flores que te halaguen, que honren tu piel; tan blancas como tú; del color que te iluminará como yo no lo puedo hacer.

Helena escuchando estas palabras comprende que el amor de Angelina es puro y sencillo, sin pretensiones y tan básico como vivir de lo que les ofrezca la tierra y el bosque. No sabe qué decir, no sabe qué esperar, no sabe que harán si las viene siguiendo la guardia; pero cuando toma las manos de piel negra de aquella mujer que le ofrece flores, siente como si todo estuviera solucionado. Y le dice a Angelina:

- No existe flor más blanca que el oscuro de tu piel, nada me honra más que tus acciones, nada me halaga más que tus palabras, no hay flor más bella que tu cuerpo. La esclavitud ha terminado, eres mi doncella y soy tu doncella; he tomado tus manos y tú las mías. No existe mayor faro que me ilumine como tú presencia en mi vida.

La mañana avanzó; con ella el día y los días. La Montaña ha sido el refugio perfecto; caminan por entre la hierba y se bañan cada día en el riachuelo; pueden sentir libremente el viento y el sol. Por ahora sus alas les sirven para volar; y una Blanca Flor ilumina a Helena.


Octubre de 2008






Fotografías: colección personal de Montañas