Esta entrada tiene mucho de coctel: reúne imágenes reales y otras inventadas, historias que capté y otras surreales; sabe a vino: profundamente exquisito, pero deja tan seca la boca que las palabras son imposibles de fluir; sabe a café: entrega calor al cuerpo, pero su sabor amargo se hace sentir notablemente; tiene mucho de Tango: permite que los cuerpos se entrelacen, pero antepone profunda melancolía.
Sería como volver a una Montaña, pero haber perdido los motivos para hacerlo.
Alguien escribió:
Sentir tu presencia ya no es suficiente; es como si se tratara de una escultura vacía, con mirada ausente, que no se inmuta ante las caricias y que no pierde su postura, ni siquiera ante hirientes frases.
Ahora entiendo que es posible perder la memoria; sí, la de recuerdos, y la misma de las sensaciones… no sé a quién le ha pasado más, si a ti o a mí. El frío no solo congeló el cuerpo y la mente; también las ganas de seguir.
Y sigo aquí, viéndote por horas, tratando de evocar momentos que justifiquen quedarme frente a ti, inmóvil por muchas tardes más. No alcanzan las frases ni el valor; ni para ti, ni para mí.
No se si confiar, no se si elegir… no sé qué elegir. No puedo dividir mis decisiones ante dos jueces tan incompatibles: siento mucho, pero razono aún más.
Reuniré canciones, dignidad, posibles caminos, lugares lejanos, nuevos vientos… desecharé imágenes, caricias, versos, promesas, cartas, noches, indiferencias, momentos… espero poder.
Sería como volver a una Montaña, pero haber perdido los motivos para hacerlo.
Alguien escribió:
Sentir tu presencia ya no es suficiente; es como si se tratara de una escultura vacía, con mirada ausente, que no se inmuta ante las caricias y que no pierde su postura, ni siquiera ante hirientes frases.
Ahora entiendo que es posible perder la memoria; sí, la de recuerdos, y la misma de las sensaciones… no sé a quién le ha pasado más, si a ti o a mí. El frío no solo congeló el cuerpo y la mente; también las ganas de seguir.
Y sigo aquí, viéndote por horas, tratando de evocar momentos que justifiquen quedarme frente a ti, inmóvil por muchas tardes más. No alcanzan las frases ni el valor; ni para ti, ni para mí.
No se si confiar, no se si elegir… no sé qué elegir. No puedo dividir mis decisiones ante dos jueces tan incompatibles: siento mucho, pero razono aún más.
Reuniré canciones, dignidad, posibles caminos, lugares lejanos, nuevos vientos… desecharé imágenes, caricias, versos, promesas, cartas, noches, indiferencias, momentos… espero poder.
La imágen: Adán y Eva. Obra de Fernando Botero. Museo Banco de la República, Col.
1 comentario:
Podrás... seguro que podrás...
Gracias por compartir...
1beso
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