Escucha el poder de nuestro secreto:
vivirás en mi silencio,
y tu nombre cada noche pronunciaré.
Mi alma está abierta,
y un abrazo es libertad;
ven, toma mi mano.
Ahora los versos surgen,
mis palabras no temen;
no, no por ti:
Te diré algo al oído,
te dejaré mi aliento,
recordarás mi abrazo.
Despertarás con la sensación,
el aroma te acompañará;
y querrás volver atrás.
Ellos no podrán escuchar,
sus ojos se desviarán,
y su juicio desquiciará.
Inmensa Montaña,
no me digas adiós,
no olvides mi cabalgar.
No hay invierno,
no hay despedida;
la hoguera nunca se agotó.
Que mi voz siempre retumbe,
que el campo no borre mis huellas;
que mi presencia siempre encuentres.
vivirás en mi silencio,
y tu nombre cada noche pronunciaré.
Mi alma está abierta,
y un abrazo es libertad;
ven, toma mi mano.
Ahora los versos surgen,
mis palabras no temen;
no, no por ti:
Te diré algo al oído,
te dejaré mi aliento,
recordarás mi abrazo.
Despertarás con la sensación,
el aroma te acompañará;
y querrás volver atrás.
Ellos no podrán escuchar,
sus ojos se desviarán,
y su juicio desquiciará.
Inmensa Montaña,
no me digas adiós,
no olvides mi cabalgar.
No hay invierno,
no hay despedida;
la hoguera nunca se agotó.
Que mi voz siempre retumbe,
que el campo no borre mis huellas;
que mi presencia siempre encuentres.