El día de hoy estoy alegre, pues he podido visitar algunas casitas y leer cosas maravillosas: al fin conocí la casa de Alas (ya la anclé a mi lista de amigos), volví a los brazos de mi querida Mar, me deleité con los Renglones Torcidos de mi Rosita de Fuego, tengo los gratos mensajes de mi amigo Dark y he vuelto varias veces por casa de Marga… sigo esperando razón de Ben y Sarah (de mi Hadita y su Ángel), sigo impaciente por que JFT nos cuente qué ha sucedido con nuestro par de vaqueros; y mi amiga Diana La Maga ha publicado recientemente :) ... y ni qué decir de los besos y abrazos que recibí este fin de semana.
Lo que siento es que aún no he completado mi ronda; no he tenido la oportunidad de volver a maravillarme con los relatos de Straw… ya me hacen falta. A este tiempo seguro que Oz ha contado más historias… No he vuelto con mucha frecuencia por los Aleteos Azules de mi Hada… y bueno, otros amigos se me quedan.
Sin embargo, han vuelto los días de la Montaña; cada relato que leí en la casa de Alas, las dulces frases, poemas y espectaculares fotografías de Mar del Norte, y cada palabra que los montañeses escriben, me dan esa dicha de nuevo. Y hay algo que hace un par de meses ronda por aquí… e intento sacarlo para invitarles a sentirlo:
El Alma de una Flor
Una flor te contempla;
Siempre ha estado contigo,
Cada tarde de frío,
Cada noche de recuerdos.
Acompaña tu silencio con su silencio,
Como si te hablara con cada suspiro,
Como si leyera tu lenguaje,
Como si fuera parte tuya… lo es.
Te acaricia cuando lloras,
Llora cuando pierdes la esperanza,
Espera a que levantes tu rostro;
Besa tus manos, besa tus ojos.
Quiere devolverte la sensación de Montaña,
Tener para ti la luz de una vieja mirada,
Brindarte compañía el resto del año,
Darte calidez con sus abrazos.
Lo que siento es que aún no he completado mi ronda; no he tenido la oportunidad de volver a maravillarme con los relatos de Straw… ya me hacen falta. A este tiempo seguro que Oz ha contado más historias… No he vuelto con mucha frecuencia por los Aleteos Azules de mi Hada… y bueno, otros amigos se me quedan.
Sin embargo, han vuelto los días de la Montaña; cada relato que leí en la casa de Alas, las dulces frases, poemas y espectaculares fotografías de Mar del Norte, y cada palabra que los montañeses escriben, me dan esa dicha de nuevo. Y hay algo que hace un par de meses ronda por aquí… e intento sacarlo para invitarles a sentirlo:
El Alma de una Flor
Una flor te contempla;
Siempre ha estado contigo,
Cada tarde de frío,
Cada noche de recuerdos.
Acompaña tu silencio con su silencio,
Como si te hablara con cada suspiro,
Como si leyera tu lenguaje,
Como si fuera parte tuya… lo es.
Te acaricia cuando lloras,
Llora cuando pierdes la esperanza,
Espera a que levantes tu rostro;
Besa tus manos, besa tus ojos.
Quiere devolverte la sensación de Montaña,
Tener para ti la luz de una vieja mirada,
Brindarte compañía el resto del año,
Darte calidez con sus abrazos.
5 comentarios:
PD: entre lo que me ha alegrado úlimamente olvidé nombrar un mensaje que Marga envió a mi correo... cuánta dulzura y afecto!!!... además prometió presentarme a su amiga Candela....
Abrazos para Marga y a quienes se pasen por esta parte de la Montaña!!!
Que dulce lo que pones, todos deberíamos tener una flor a nuestro lado siempre, siempre. Que nos de calor y consuelo cuando estemos tristes... o simplemente nos regale la dicha de mirarla.
Que linda la foto que pones, la hija de Ennis, Alma Jr.
Y Candela es tan maravillosa como Marga que bueno que la puedas conocer.
Un besito.
Bueno... Oz espera por ti...yo espero por ti... sacanos algo de tiempo oyeme!
Lo hermoso es saber que solo es ausencia... y nunca olvido.
besos desde mi lejana galaxia donde aun se aspira a invitarte algun dia a un cafe
El alma de una flor estará siempre aquí.
La promesa, sólo espera que llegue el deseado momento!!!
Con tu permiso me siento en un rinconcito de tu bellísima casa y acepto encantada la invitación para sentirlo una y otra vez...
Muy lindo.
Un abrazo enorme
uffff... si te entenderé... voy y vengo dando saltos aquí y allá, leyendo, imprimiendo y luego deleitándome con los relatos, anoticiándome de los hechos... pero es poco, quisiera decir más, estar más... lo que me pregunto es cómo hacía antes que sí lo podía hacer... no entiendo, sinceramente, no entiendo.
Un besito, coctelero...
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